...
- ¿Pero?
- Pero nada de lo que te propones te llena. Nada de lo que eres capaz de conseguir chasqueando los dedos te llena: Te sientes princesa cuando sirves copas, o cuando besas al tío más guapo del garito, pero sapo cuando te miro, porque sabes que te estoy mirando por dentro, que no sólo me ciño a tus piernas o a tus tetas... y eso acojona, ¿verdad? Acojona que alguien se atreva a interpretar tus radiografías sin pedir nada a cambio, o al menos sin pedir lo mismo que te han pedido siempre los demás. Acojona que alguien escriba lo que cree que en realidad eres y te cambie el nombre para preservar tu anonimato y te quiera besar sólo con palabras y te quiera follar sólo con metáforas y te quiera encerrar para sí mismo y para siempre entre los putos barrotes de un puñado de páginas. Acojona ser de carne y ficción, cuando el resto es de carne y hueso.
Una vez más una magnífica entrada en http://elsistemalimbico.blogspot.com/