sábado, 5 de julio de 2008

"Los caballos no comen ensalada de pepino"

¿Que qué leches digo? ¿que a qué viene esa frase? ¿que de dónde la he sacado?

Pues la frase aparece ni más ni menos que en el libro Smart Card Handbook que estaba leyendo hace un par de días para prepararme bien un examen. Concretamente estaba yo leyendo el capítulo Smart Cards in Telecommunications, en el que comienza hablándote de que las primeras comunicaciones se realizaban con personas (mensajeros) (¿que me está hablando? ¿¿de los romanos?? holaaa...busco información sobre una tecnología moderna y que se utiliza en móviles...) y de las primeras pruebas con el telégrafo entre los años 1753 y 1794. Vamos, muy interesante cuando buscas información adicional para prepararte un examen sobre tarjetas inteligentes...

Pues bien, cuando comienza a hablar sobre el teléfono y sus inventores (bien, nos vamos acercando): Johann Philip Reis y Alexander Graham Bell (profesores de personas sordomudas...), explica, esta vez en una nota al pie de página, que la primera frase enviada por teléfono por Johann Philip, y por lo tanto de la historia del teléfono, fue:

"Los caballos no comen ensalada de pepino"

imaginaos la cara de la otra persona al otro lado del teléfono...yo pensaría: "joder, esto no funciona", o "¡funciona! pero este aparato te deja medio agilipolla'o. Pobre Philip por ser el primero en usarlo..."

La nota completa que aparece en el libro es la siguiente:

According to an anecdote that is now impossible to verify, the first words that Johann Philip Reis transmitted by telephone in 1863 were ‘Das Pferd frisst keinen Gurkensalat’ [‘Horses do not eat cucumber salad’]. He presumably chose this somewhat remarkable sentence, rather than something that the person at the other end could readily guess, in order to be sure that the transmission of human speech actually worked. Something like the presently common ‘Hello world’ could have easily been guessed by the listener.

en la que se da sentido a la frase y se explica cómo utilizó esta frase para comprobar realmente el funcionamiento de aquel invento con una frase que no fuera muy común y fácilmente deducible por el receptor a pesar de una mala transmisión de la señal. (Atención a la comparación del escritor del libro con el 'Hello world' típico de programadores...).


Y mi cara al leer aquello cuando estaba estudiando fue:

"es una historia muy bonita, y en condiciones normales me parecería una anécdota muy curiosa, pero ¿¿¡para que leches quiero yo saber eso!?? ¡no tengo tiempo para tonterías de este calibre! ¡ya me salté la parte en la que explicas las distintas máquinas que hay para imprimir y personalizar tarjetas!, ¡déjate esta vez de tonterías que tengo que estudiar!"

A pesar de eso, el libro Smart Card Handbook (3ª Ed.), es muy interesante en algunos apartados, en otros divaga demasiado. Como decía antes, el libro, en resumen, habla sobre las tarjetas inteligentes (básicamente, esas que llevan un chip amarillo, como las del nuevo DNI electrónico que se ofrece actualmente en España) y seguramente le echaré un ojo alguna que otra vez para conocer un tema que me ha parecido muy interesante.

En resumen, ¿qué hemos aprendido hoy?:
  • que los inventores del teléfono fueron 2 (no solo Graham Bell, que según el libro fue el más conocido debido a una mayor labor de marketing de su invento),
  • que la primera frase que se transmitió por un teléfono fué que los caballos no comían ensalada de pepino, y
  • que la gente que escribe libros sobre tecnología se aburre mucho y escribe cosas graciosas/raras en sus libros (algún día os hablaré de Andrew S. Tanenbaum. Simplemente genial, a veces no sabía si estaba leyendo un libro de Sistemas Operativos o uno de monólogos estilo el Club de la comedia)

1 comentario:

Anónimo dijo...

O_O

Walaaaaaaa... que frase más original para pasar a la posteridad, "Los caballos no comen ensalada de pepino"... un alarde de originalidad.

¿Te imaginas a Neil
Armstrong diciendo "Aliñad vuestra ensalada con aceite balsámico de Módena" cuando llegó a la Luna...?

Lo dicho, los genios se aburren y mucho...

¡¡Saludos!!